jueves, 9 de agosto de 2012

COLUMNA: Yo Campesino de Miguel Ángel Rocha; Para criticar hay que tener memoria

Insisten los críticos del actual gobierno en afirmar que todo está mal y que Felipe Calderón, el Presidente de México no hizo nada bien y deja un país poco menos que destrozado y hundido en una de las peores crisis.

Bueno esos personajes, entre ellos el mismísimo Manlio Fabio Beltrones quien por cierto, es protagonista de una nueva mascarada dentro del PRI junto con el también longevo, Emilio Gamboa Patrón, afirman que los gobiernos panistas puras desgracias dejaron.

Tal vez se referirían a que por sus ineficiencias, los panistas regresaron el poder a los priístas, lo cual podría resultar una desventura para los mexicanos si se repite la película que nos pasaron los tricolores a partir de 1968 hasta el año dos mil. Porque no se puede olvidar que durante los años de los gobiernos revolucionarios, la justicia social se convirtió en un mito lo mismo que la pobreza, los grandes latrocinios,  las confiscatorias inflaciones, y las criminales devaluaciones. Ni hablar de la entronización de un sistema, política o modelo económico que propició una mayor concentración de la riqueza entre los amigos y cómplices de cada sexenio, algunos de los cuales ahí siguen y vienen por más. Podrá decirse que Felipe Calderón hundió al país en una violencia nunca vista, aunque ésta ya estaba y fue incubada por complicidades de sexenios anteriores donde incluso fue asesinado un cardenal, un candidato a la Presidencia de la República, un cuñado (ex) de un jefe del Ejecutivo y hubo muchos desaparecidos. Los muertos ahí estaban, el crimen se enraizó en las instituciones, tanto, que generales investidos como zares antidrogas fueron a la cárcel y otros que recibieron grados militares, terminaron en la ignominia salpicados de excesos y crímenes impunes.

Ni hablar del tema económico-financiero, empezando por el famoso perro al que le saquearon la casa y decidió pagar deudas ajenas a costa de los mexicanos para posteriormente llegar el que no debió ser y regalar a los hijos de la revolución esas mismas instituciones donde se dieron los peores saqueos, sin que nadie pagara por ello, al contrario, se les premió con un gran domo de impunidad.

Por si fuera poco lo que se repartieron, la ruta crediticia se incrementó hasta llegar a niveles de impagable incluso en tiempos del capitalino hijo predilecto de Agualeguas quien tuvo a bien destruir toda la infraestructura de fomento al campo, empezando por eliminar los precios de garantía, el decreto cañero, el de la uva, los fondos comunes y lo peor:

Propiciar que la propiedad social pudiera venderse, fusionarse o embargarse con reformas al artículo 27 constitucional. Fue el principio de la destrucción de las cadenas productivas, pues junto con ello, vino la enajenación de empresas e instituciones agropecuarias; se acabó el crédito para el sector social, centros de investigación, cierre de universidades del sector y hasta los silos de Boruconsa y ANDSA se vendieron.

Bueno hasta la invendible Fertimex fue enajenada con todo y sus números negros. Llegó el "polito" y hasta los trenes vendió como si el sector del transporte no fuera vital para el desarrollo de un país que fue engañado por los llamados tecnócratas que con espejitos traídos del norte, nos vendieron modelos que saquearon al país en beneficio de ellos y sus intereses trasnacionales.

Y sí, en algunos de esos cinco sexenios hubo crecimiento de la economía hasta del seis por ciento, mismo que no se reflejó en bienestar de los mexicanos; Salinas no logró su meta de "un millón de empleos al año para atender la demanda nacional", pero sí logró desposeernos de empresas telefónicas, acereras, ferroviarias, almacenadoras, carreteras, camioneras (DINA), aerolíneas, bancos, fertilizantes, puertos, navieras, constructoras y muchas más y lo que quedó, lo enajenó Zedillo.

En materia de seguridad crecieron los cárteles del Pacífico, Juárez, Tijuana, del Golfo;  se hicieron famosos el Señor de los Cielos, Amado Carrillo,  Miguel Angel Félix Gallardo, Juan Nepomuceno Guerra, Juan García Abrego y Don Neto. Mucho más se podría decir para contrastar entre unos y otros, pero lo importante no es eso, sino simplemente recordar a quienes hoy critican y recibirán un país con finanzas estables y respaldo financiero de 160 mil millones de dólares con una de las deudas públicas externas más bajas, que los problemas del México actual no es obra de los panistas, los recibieron de herencia y que a cambio, dejan cosas buenas que no se pueden negar. unomásuno D.R 2012

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