Ahora, para no variar, los dirigentes del PAN le hacen al "Tío Lolo" tratando de explicar públicamente por qué perdieron la elección presidencial, donde más allá de contar con una candidato que nunca conectó y un Jefe del Ejecutivo que no se movió en su favor, se les olvidó que el dinero mueve montañas. Ahí está el PRI, que con un generoso gasto llevó a los rincones más humildes y se hizo presente entre los electores.
En cambio Acción Nacional, con una Josefina Vázquez Mota ¡gris! y una administración de gobierno que es golpeada desde todos los ángulos, escondió no sólo los recursos que le entregó el IFE, sino que además, no supo qué hacer con un tope de campaña por 328 millones 608 mil pesos, a los cuáles podrían agregarse los 167 millones 260 mil 766 pesos de la precampaña.
Fueron 500 millones que no se notaron y cuando al fin decidieron gastar algo del "botín", era demasiado tarde; los espectaculares ya estaban rentados, vallas, pendones, pasa calles, radio y desde luego tv, en un 90 por ciento por el PRI, que incluso evitó utilizar todos para no dejar ver el excesivo gasto, pero impidió que otros los emplearan.
Habría que preguntarle a Gustavo Madero Muñoz, dirigente del partido y a Roberto Gil, coordinador de campaña de Vázquez Mota, dónde quedaron los dineros que se afirma, no gastaron ante un escenario de derrota adelantada.
Por eso cuando Madero Muñoz sale a "cuadro" para decir que están analizando, eso sí "sesudamente" cuáles fueron los factores que incidieron en la derrota panista, parece una charada de risa loca, pues saltan a la vista las razones de tal derrota que mandó al PAN a la tercera posición de la elección presidencial.
¡Claro!, debe ponerse en la charola de razones, la mediocridad del presidente del PAN que no fue capaz primero, de poner orden en la contienda interna y después, de sumar apoyos a favor de su candidata. Si alguien es culpable, es el propio Madero Muñoz, ni para que buscarle.
En todo caso, el tal Madero Muñoz está buscando argumentos para justificarse, pero si se busca reconstruir al partido, él sería el primero en desaparecer del escenario, claro si tuviera un dejo de vergüenza.
Pero como no la tiene, intenta aferrarse a una autoridad que le falta. Lo importante es que antes de irse a su casa, es pedirle cuentas de los dineros que no se vieron en campaña y que se notaron de manera excesiva en el PRI donde además se movió a la estructura partidista de manera profesional y no con la lentitud y parquedad de los azules.
Otra vez el Peje amenaza
La amenaza de Andrés Manuel López Obrador, fue clara "no vamos a aceptar ninguna argucia legaloide que permita que se viole la Constitución", y la advertencia, contundente "nuestro (su) movimiento no se va a suicidar políticamente".
Esto significa que seguramente, el mesías tabasqueño se va a "sacrificar" una vez más por la democracia y sus seguidores ungiéndose como Presidente legítimo e intentará causar un agudo dolor de cabeza al país, así como situaciones de ingobernabilidad al PRI, a través del desconocimiento de Enrique Peña Nieto como Presidente de la República.
Pero además, como y es costumbre, mandará al diablo a las instituciones que le "niegan" un triunfo "legítimo" y que antidemocráticamente, desde su punto de vista, se lo otorgan a otro. La única "legalidad y auténtica democracia", es darle la razón al tabasqueño.
De entrada el mensaje fue a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a quienes advirtió que "deben pensarlo bien" porque si no es la anulación de las elecciones, no van a aceptar argumento legaloides en contrario. O sea, descalifican el proceso electoral presidencial o habrá jaleo porque su "movimiento no se va a suicidar políticamente y no van a arriar banderas aunque se enojen sus opositores". "No vamos a dar la vuelta a la página hasta que se invalide la elección y se haga valer la democracia".
El consejero del IFE Lorenzo Córdova, fue claro al apuntar que en el "Sistema Electoral Federal, el rebase en los topes de gastos de campaña no constituye causal para anular elecciones". Así, o más claro. unomásuno D.R 2012
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