Por lo pronto, la estabilidad que vive el país incluso en las tasas de interés que empiezan a quedar chicas ante un proceso inflacionario incipiente, podría verse comprometida por los fenómenos externos que pegan directamente en la dinámica financiera y económica. Es obvio entonces que el sector externo del país empieza a sufrir y esto va a golpear lo interno con una contracción cada vez más aguda, insistimos si no se adoptan medidas económicas que protejan al empleo, principalmente.
De hecho la economía mexicana es estable, envidiable para muchos países que hoy sufren las consecuencias de sus déficits y monstruosas deudas públicas externas, empero la interrelación comercial afecta y la falta de dinámica económica de aquéllas naciones hace que el sector exportador se caiga.
Es por ello que los especialistas recomiendan que cuanto antes se asuman medidas internas para sostener el mercado de consumo, estimularlo y mantener la planta productiva en movimiento, lo cual redundará en un sostenimiento del empleo.
Claro, si a esto se suma la estabilidad política que al parecer es cuestión de horas, los mensajes a los mercados serán positivos y con ello nuestro país aumentará su atractivo para las inversiones foráneas que buscan nichos de utilidad segura y redituables, dado que el estado de crisis no garantiza la colocación de capitales en los países tradicionalmente fuertes como Estados Unidos y los europeos incluyendo Francia, Italia o España.
Es más, el destino que todos dicen que es Brasil decayó en el año y Argentina de plano desapareció como destino de capitales, por eso las condiciones de México para recibir inversión pueden ser inmejorables, aunque para ello los documentos de deuda nacionales deban aumentar sus premios más allá del 4.5 para no reportar pérdida frente a una inflación que algunos ubican en el 4.2 por ciento.
El tema no es fácil ya que los efectos de la sequía reportada en al menos 50 estados de la Unión Americana, conlleva el encarecimiento de importaciones alimentarias, no sólo cerealeras sino incluso cárnicos como los derivados de pollo que no obstante constituirse en subproductos de bajo consumo en estados Unidos, están escaseando o encareciéndose precisamente por la falta de agua.
Es decir los problemas de México no se van a derivar de procesos internos sino externos, ya que en todo caso la economía doméstica puede ser la gran alternativa para sortear lo que ocurre en el entorno internacional. El fortalecimiento de las Pymes a través de una mayor dinámica en infraestructura podría ser una solución, ya que el rubro de la construcción echa a caminar a diversas ramas industriales.
Pero no sólo eso, ahora que cambia la legislatura y que necesariamente tendrá que resolver el paquete económico, deberá verse la urgencia de dotar de un mayor poder de compra a los mexicanos a través de una mejor política impositiva que fomente el consumo y este beneficie a las empresas sobre todo a las micro, pequeñas y medianas que son generadoras del 70 por ciento del empleo nacional.
Es decir que se disminuyan los impuestos directos como el ISR e indirectos (IVA) y que esa baja, se compense con un cobro justo a los grandes empresarios que disfrutan de regímenes especiales, como quienes transan con metales preciosos, de transacciones bancarias disfrazadas con acciones y en suma, que coticen de acuerdo a sus ingresos, pues está demostrado que ellos no cumplen con la teoría neoliberal de dejar “permear” la riqueza hacia las capas inferiores de la pirámide social. Se quedan con todo. unomásuno D.R. 2012
Miguel Ángel Rocha Valencia
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